Adiós a Montalbano
Se acabó. Se cierra una etapa para mí. Hace poco he acabado de traducir Riccardino, la última novela del comisario Montalbano, la última novela de Andrea Camilleri, para la Editorial Salamandra. Hace cuatro años, cuando ya llevaba unas cuantas obras suyas, escribí este artículo para la revista Bianco e Nero, mientras empezaba a traducir El carrusel de las confusiones. Mi idea era contar un poco cómo era enfrentarse a un libro de Camilleri. Luego la revista se presentó en Roma y allí coincidí con el Maestro y me emocioné mucho.
Y ahora se acaba todo. Ahora, siete u ocho libros de Camilleri, varios congresos y una noticia muy triste después, entrego la traducción de Riccardino, publicada en el original italiano por Sellerio Editore. Han sido muchos libros y muchas emociones para mí, que soy camilleriano descalzo. Esto se termina, pero soy consciente de que he tenido una gran suerte. ¡He disfrutado de lo lindo y he aprendido muchísimo!
Mientras, el mes que viene saldrá en español el penúltimo libro de la serie, El cocinero del Alcyon. Y en otoño ya Riccardino. Ahora paso página y dejo muchas cosas atrás, como… el hambre que me entraba traduciendo estos libros. Hambre de toda la riquísima comida siciliana que aparece constantemente, como la pasta n’casciata, los salmonetes o unos señores cannoli como éstos de aquí debajo.
Espero que muchos lectores disfruten con Riccardino, que es una gran novela de mi comisario preferido y un gran final para la serie. ¡Viva Montalbano y viva Camilleri!